lunes, 6 de marzo de 2017

la suma de lo que pienso y hago

Miren chic@s hay un adagio muy popular que dice: "El que no escucha consejos no llega a viejo"

 Tengan en cuenta:

1. ¡Quién como Dios!
https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/736x/69/7e/7a/697e7a5336ed9db553d72ff2ecf05d36.jpg

2. La familia

3. Los pequeñitos de la familia, que merecen todo nuestro ejemplo, cuidado y protección


4. Mi razón de ser como docente

5.  NONO, POLO



viernes, 24 de febrero de 2017

autoBiografía



Desde el 2011, me desempeño como docente en  la Institución Educativa Rural Marina Orth,  enmarcada en un entorno muy verde,  rodeada de mucha naturaleza, con  una comunidad educativa muy acogedora y familiar, donde puedo como docente crear, aplicar y proyectar lo mejor de mi ser y  los  conocimientos que he adquirido a través de mi ejercicio profesional y del día a día con mis estudiantes y pares.


Pertenezco a una familia de raigambre paisa por mi padre ser oriundo de Don Matías  y mi madre de Pueblo Rico (Caldas), se conocen y enamoran en Anserma y allí se casan y organizan, mi padre con diferentes oficios: arriero en su juventud,  topógrafo más adelante y en su madurez conductor  y mi madre ama de casa y líder en su familia, conforman una linda familia, fundamentada en los principios morales y religiosos de su cultura y su época. Mi padre como buen paisa  y colonizador no se queda en un solo sitio y recorre otras municipalidades  en “El Gran Caldas” hoy Eje Cafetero. Viven una época de estabilidad económica, no les falta nada, existe un ambiente muy sano para levantar a la familia, pero llega la violencia de los años cuarenta y el panorama político y social cambia en el país en especial en los municipios del viejo Caldas y sus alrededores. Unas fuerzas del gobierno polarizadas  y caldeadas por una intolerancia de partidos donde mi familia le toca ver  morir a vecinos y familiares y sumado a esto unos hijos entre los 18, 17, 15 años de edad y una novedad familiar, una nueva integrante, producto del amor de unos padres añosos y   esa novedad  fue  Carmencita (La chencha), que en un principio generó regaños de mis hermanos a mis padres y luego fue el centro de todos los afectos en el hogar.  Todas estas circunstancias impulsaron a la familia a desplazarse a un sitio que facilitará el ambiente propicio para terminar de crear la familia y ese fue Envigado, donde con anticipación habían mandado al segundo hijo a buscar trabajo y a terminar su bachillerato en la nocturno del Liceo de la Universidad de Antioquia, el hijo mayor  ya se había ido a prestar su servicio militar a Ipiales (Pasto)  y la hermana sólo le quedaba terminar sus estudios  en la Normal de Señoritas de Envigado.
I.E. Marceliano Vélez
Institución Educativa Marceliano Vélez 

Nos radicamos en Envigado municipio tranquilo, donde inicio mi vida escolar a muy temprana edad por influencia de  mi hermana que ya se desempeñaba como maestra y había intrigado para que me recibieran en el grado primero con apenas 6 años, cuando el requisito era ingresar a la escuela con ocho años cumplidos,  logra entonces con sus colegas de la Normal de Señoritas de Envigado,  ubicarme en la escuela Marceliano Vélez al cuidado de la señorita Amparo González en un grupo con 78 estudiantes, donde era un privilegio que en la semana la profesora se refiriera a uno por su nombre, aprendí a leer y a escribir pero antes formé parte de la fila de los que eran duros para aprender y no de los otros, los más sobresalientes, me tocaron castigos físicos como pellizcos, empujones, hacer fila en el patio con los brazos arriba en un sol canicular por motivos que ya no recuerdo. Son innumerables mis gratos recuerdos: mis primeras letras, al cariño de mis docentes y compañeras, los programas que transmitían por televisión educativa  y que era como un premio que nos llevaran a verlos en un televisor blanco y negro, la leche en polvo que nos empacaban para llevar a las casas y que llegaba de muy lejos, el único color naranja que tenía para pintar mis dibujos y la salida del colegio. De todos mis recuerdos gratos y otros no tan placenteros, queda uno en mi mente, el recuerdo gravado a estilo de tatuaje.
En el año de 1969, estaba cursando cuarto de primaria, era el final del año y realizaban las pruebas finales, una mañana muy fría en un salón diferente a al salón de las clases, estábamos las estudiantes, la rectora  y aquí hago el paréntesis, era ella Doña Maruja la que nos hacía cantar Mazatlán todos los días como si fuera un himno, ella una mujer blanca,  gruesa,  de pelo corto, boca grand, labios finos, las uñas largas, los zapatos altos  de tacón puntilla, la falda estrecha y una mirada penetrante e inquisidora.  En alguna oportunidad que no fui al acto obligatorio de la misa el domingo, el lunes nos filó  a todas en el patio central  y una por una nos pellizcaba, cuando me llegó el turno no sólo sentí el dolor del pellizco torcido,  sino una carga eléctrica que me dejó paralizada.
Retomando la historia,  me encuentro cursando mi cuarto año de primaria en la Escuela Marceliano Vélez,  una Institución cercana al parque de Envigado en la vía principal, construida con unos corredores adornados de unos arcos altos y unas baldosas en mosaico amarillas y rojas, estamos en los exámenes finales y en la escuela solo hay hasta grado cuarto porque para el  otro año pasaría a la Escuela Anexa de la Normal Superior de Señoritas de Envigado donde cursaría el grado quinto de primaria. 
El día erá frio y gris, me encuentro con mis mejores galas, mi vestido todo blanco y cortico que en otra época fue de mi primera comunión, los zapatos de plástico negros, marca Panam, mi cabello crespo, mi cara redonda, mis ojos tristes y un pequeño estrabismo en ellos que llevaban a pensar a los demás,  que la niña era tímida, mimada y muy pequeña en edad para estar en ese grado y todo por la influencia de mi hermana mayor.
En presencia de Doña Maruja la rectora, el párroco de la iglesia más cercana el Presbítero Eugenio Restrepo, docentes y el grupo de estudiantes a evaluar, presentaba ese día mi evaluación final de  Religión, el tema a evaluar eran preguntas del catecismo del Padre Astete, cuando me tocó el turno debía responder una sola pregunta que determinaría mi calificación final: -¿Qué entendéis por hombre de Cristo? – Uhmmm… la pregunta me la cambiaron por otra, no sé si más corta o más compleja, pero el susto y la mala memoria ya me habían invadido y lo único que recuerdo son unas lágrimas que recorrían mis mejillas y  una gran humedad en mis medias y zapatos.  No he preguntado ni recuerdo cómo salí de allí, ni tampoco cómo llegué al grado quinto, lo cierto del caso es que me quedó de por vida la sensación de dolor estomacal y sudor frío en mis manos cada vez que soy sometida a una evaluación.

Me gradúo como Tecnologa en Sistematización de Datos del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, trabajo unos años en la empresa privada, pero siempre ronda por mi mente el deseo de trabajar en el sector de la educación. Por medio de una vecina me doy cuenta de que la corporación Lasallista ofrece una profesionalización en educación para los tecnológos y en tiempo record de un día, porque se vencía el plazo,  me presento con todos los papeles, logro la inscripción y doy inicio a esta capacitación que me confirma que esto es lo que me gusta y apasiona. Termino la profesionalización y me presento a una convocatoria que realiza el Municipio de Medellín, presento la prueba escrita en la U de A, alcanzo los puntajes, paso la entrevista y el 17 de febrero de 1997 me nombran por decreto, como docente de Tecnología e Informática. Inició mi  proceso profesional primero realizando la licenciatura en Educación, entonces me graduó como Licenciada en Educación con énfasis en Tecnología e Informática, en la Universidad San Buenaventura y doy así continuidad a mi proceso formativo, con cuatro especializaciones más: Especialista en pedagogía y Didáctica (U. María Cano), Desarrollo del Aprendizaje Autónomo (UNAD), Evaluación (U. Católica de Manizales) y Gerencia en Informática (U. Remigton).

Si deseo mirarme desde afuera y ser honesta conmigo misma diría que tengo la intención y la vocación, pero me quedo corta en los procesos de enseñanza y aprendizaje, especialmente en la evaluación, porque siento demasiada responsabilidad y compromiso de medir un estudiante desde el aspecto cualitativo, cuantitativo y formativo. Aún me afectan trazas de la educación  tradicional y rígida que recibí, quizás es el acto que más reflexiono y que más genera dolor  en mi quehacer docente.

Pero no todo se queda así con un final "mocho"


Hace 20 años me inicié en la educación y desde esa época escucho lo mismo: que hay que mejorar la calidad de la educación, que esta debe ser activa y centrada en los estudiantes, que no hay que enseñar muchas cosas sino enseñar a pensar, que la calidad depende de lo buenos que sean los maestros y de los resultados  evidenciados en las pruebas de Estado.





La evaluación se utiliza como práctica de poder y control en nuestra institución  y cada vez que la incorporamos como instrumento de coerción con el fin de obtener ciertas actitudes favorables dentro de la clase, como es la disciplina, la atención o el logro de unos objetivos propuestos por el docente.


Se articula al proyecto educativo la mayoría de las veces  más como una meta que como un proceso de monitoreo y reflexión al interior  del quehacer pedagógico y de aprendizaje del estudiante.


El actual sistema de evaluación ha hecho posible la instalación del profesor en una situación falsa, en la que le es posible sentirse con autoridad, con prestigio y con poder (respetado y psicológicamente seguro) en virtud que tiene que emitir su juicio sobre los alumnos.  (Fernández, 1994. p. 37).


La evaluación, lejos de reprobar al estudiante por no haber alcanzado sus metas, debe convertirse en un recurso, que le permita apoyarse sobre lo que ya sabe, para recorrer nuevamente el camino que lo conduzca al aprendizaje esperado. Es decir, ayudarle para que sea capaz de formarse como sujeto. Lo que se pretende con el estudiante, es que él participe en la toma de decisiones, que empiece a tomar conciencia de su realidad, que sea consciente de sus alcances y limitaciones prueba de ello es la importancia que tiene la autoevaluación en el proceso de aprendizaje y enseñanza.



En la institución IERMO se utiliza mucho los tradicionales exámenes escritos que sólo han servido, en su gran mayoría, para demarcar selectivamente a un grupo de estudiantes que se rotulan como los más capacitados e inteligentes de la clase sin tener en cuenta las múltiples y variadas capacidades y estilos de aprendizaje de los otros.



Teniendo en cuenta que la mayoría de los docentes en la Institución Educativa Rural Marina Orth realizan prácticas pedagógicas de estilo tradicional y los resultados de las evaluaciones generan frustración tanto en docentes como en estudiantes por los resultados obtenidos,  presentó una propuesta de mejoramiento de la evaluación utilizando las TIC´sa través de la implementación en todas las áreas del portafolio electrónico, la cual impactará positivamente el desarrollo de la enseñanza y el aprendizaje.

El portafolio como herramienta de evaluación posibilita la reactivación y consolidación de los valores, de  habilidades de aprendizaje, estimula estrategias de aprendizaje, ayuda a los estudiantes a monitorear su propio progreso y a desarrollar mecanismos de autoevaluación, estimula un sentimiento de superación, influye en la habilidad de los estudiantes para retener y aplicar en diversos contextos y de formas diferentes, el material aprendido. 
Además permite la portabilidad  y  la integración de las tecnologías en su construcción, la cual se aprovecha de  una de las fortalezas de la Institución que son sus recursos tecnológicos y uno de las metas más importantes para alcanzar del PEI, como esla formación con énfasis en Tecnología-Informática de sus estudiantes.







 

 

miércoles, 22 de febrero de 2017



PARA MI TODO TIENE UN PROPÓSITO Y LAS COSAS UN SIGNIFICADO, HAGO EL ESFUERZO POR LLEVAR UNA VIDA BUENA Y DIGNA, LA ESPIRITUALIDAD GUÍA MI CAMINO









Ser una mujer  que se cultive espiritualmente, mentalmente y físicamente. 

Madre y abuela de hijos e hijas, nietos y nietas libres en el amor y el respeto a ellas y a ellos mismos.

Que mis estudiantes no sean medidos por ser l@s mejores pruebas saber, SIMPLEMENTE  que sean Conscientes y buenas personas. Que los demás vendrá por añadidura.


Formaré con la plena convicción de que mis chicos y chicas sean personas de bien. Lo demàs les vendrá por añadidura

Ahora SII

Para ya:  seré una maestra dedicada, amorosa y muy preocupada de que mis chicos sientan la necesidad de salir adelante, por encima de ellos mismos, con la consciencia de proyectar sus talentos y su bondad al universo entero.







Deseo pensarme pero no puedo,


Mi visión

Pensarme para quererme y dar lo mejor de mi al universo.




Amar a mi hijo, entenderlo. Cuando este con él, hacer conciencia de todas mis cosas, porque siempre boto algo o dejo alguna cosa en alguna parte.


Visión

Me amaré por toda la eternidad y si en lo posible puedo reencarnar en otra persona lo haré en un hombre.

Bueno chicos, la reflexión de video. Por favor escriban el mensaje en el cuaderno. Qué lo reviso finalizando la clase!


INiCiO Mi PrOyEcTo De ViDa


Resultado de imagen para gato en una pecera
http://estaticos.tonterias.com/wp-content/uploads/1999/12/3702_Gato_en_la_pecera.jpg


Me siento extraña,  pero muy extraña,  iniciándome en la construcción de Mi Proyecto de vida.

Y me pregunté:

¿A estas alturas de la vida?



Si Carmenza,  a estas alturas de la vida,  tocaba porque me ofrecí con la rectora. Tocaba

Hummm!!! 


Pero era que no me pensaba hacia mucho rato!!!

Resultado de imagen para gato en una pecera
http://fondospantallagratis.com.es/wp-content/uploads/fondos_de_pantalla_gratis-1111-450x337.jpg

Porque todo el tiempo era:

- ¡Quiubo mijo, hágale pues! Ánimo usted es capaz de salir adelante, con todos esos talentos qué la Virgencita,  Dios y la intersección del Padre Pio!

- Mijo, termine la otra carrera para que le ofrezca otro futuro a María Antonia.

Vea Hija, ahorre que la vejez llega muy rápido. No se gaste todo en ropa. Ahorre. Y eso sí haga la Maestría.


- Vengase para la casa que yo le cuido el niño para que trabaje